Brasil se ha convertido en el segundo país con mayor cantidad de casos de contagios del mundo y lamentablemente también ocupa ese lugar con la mayor cantidad de fallecidos por el mismo tema.
Sin embargo, estas estadísticas no significan que sus autoridades tomaran las medidas suficientes para parar la propagación del virus que tanto ha afectado al país brasilero, y es que en Brasil desde el primer momento no se tomó tan en serio el tema de la pandemia, pues ni siquiera se exigió una cuarentena obligatoria.
TURISMO EN TIEMPO DE PANDEMIA
Algunos sitios turísticos que resultan de gran atractivo para muchos visitantes que llegan a Brasil han tomado como precaución restringir las visitas. Por ejemplo, Fernando de Noronha.
Este espectacular archipiélago es uno de los lugares más exclusivos de Brasil. Un archipiélago volcánico que se encuentra en el estado de Pernambuco y está sumergido a 354 kilómetros en el Atlántico, en la costa noreste de Brasil.
Fernando de Noronha está formado por 21 islas de las cuales solo está habitada la mayor de ellas y la cual lleva el mismo nombre que el archipiélago.
El resto han sido declaradas Parque Nacional Marino por el gobierno del país, y por lo tanto está prohibida la presencia humana en ellas, salvo para fines de investigación científica.
UN REQUISITO BIEN PARTICULAR
A diferencia de la inmensa mayoría de los destinos turísticos, donde exigen pruebas de hisopado para saber si padecen o no la enfermedad infecciosa, en Fernando de Noronha exigen algo diferente: que los visitantes interesados por sus playas ya hayan padecido del virus.
Es decir, sólo se permitirá la entrada en la cadena de islas a los turistas que ya hayan tenido coronavirus y se hayan recuperado, esto, según las declaraciones publicadas por los Gobiernos locales y estatales recientemente.
La medida tomada para el archipiélago dependiente del turismo, que tiene alrededor de 3.100 residentes permanentes según la estimación del censo más reciente, señala las formas singulares en que las autoridades están tratando de volver a una apariencia de normalidad a medida que los nuevos casos y muertes por contagios se estabilizan en muchas partes del mundo.
LOGÍSTICA
En esta primera fase, solo los turistas que ya hayan tenido coronavirus podrán desembarcar en el archipiélago. Los visitantes deberán presentar un resultado positivo de la prueba del virus que tenga al menos 20 días junto con el pago del impuesto de conservación ambiental de Fernando de Noronha.
Las nuevas reglas entraron en vigor el pasado 1 de septiembre. Por ahora, los turistas no están permitidos en las islas.
“No ha habido transmisión comunitaria en la isla durante mucho tiempo. Tenemos que mantenerlo así”, dijo André Longo, el secretario de Salud del estado de Pernambuco, en un comunicado.
“Obviamente, este paso se va a hacer con la atención puesta en la seguridad y en la reactivación de la actividad económica del archipiélago”. Declaró el funcionario.
Existe un debate significativo sobre el nivel y la duración de la inmunidad que los pacientes con coronavirus desarrollan después de una primera infección. Se han notificado casos de reinfección, incluso en Brasil. Sin embargo, dichos registros son relativamente inestables.
“Estamos reabriendo responsablemente, con cautela y sin prisas”, dijo el administrador del archipiélago, Guilherme Rocha, en una conferencia de prensa.
“La prisa es el enemigo de la vida. No podemos hacer todo a la vez”. Comentó Rocha.
Fernando de Noronha, conocido por sus playas salvajes y subdesarrolladas, sus impresionantes paisajes y su reserva marina nacional, es el hogar de poco más de 3.000 residentes permanentes, pero sus hoteles boutique suelen estar repletos de miembros de la jet-set de Brasil y del extranjero.
(Fuente: Infobae)