Cuando hablamos de finanzas, siempre existen dos tipos de personas, las que gastan y las que ahorran, pero ¿ser ahorrador es lo mismo que ser tacaño?
El trabajo duro y el proceso de ahorro son valores muy positivos y bien vistos en la sociedad. Pero una cosa es ahorrar dinero con el fin de un objetivo en específico, como, por ejemplo, comprar un celular nuevo, remodelar la casa, hacer una especialización en los estudios, cambiar de carro por uno mejor, a otra muy diferente, como no querer gastar dinero nunca porque les resulta “doloroso” hacerlo, incluso en las necesidades más básicas y necesarias.
La Real Academia Española define al tacaño como una persona que escatima excesivamente en el gasto.
Otros describen a las personas con esta conducta como mezquinos, con falta de voluntad para dar o gastar, o pocos generosos. Pero, si tú eres de las personas que no gastas en cualquier cosa porque tienes visión de futuro, no debes considerarte como una persona tacaña.
Lee algunas de las características que posee una persona que actúa con inteligencia financiera y no por tacañería:
- Son prácticos en sus ahorros y tienen proyectado un futuro financiero.
- Hacen, reutilizan y arreglan cosas para ahorrar dinero.
- Saben distinguir entre una compra necesaria y en una que es solo por gastar.
- Reducen gastos en etapas difíciles o cuando quieren salir de una deuda.
- Organizan sus presupuestos y no gastan más de lo que tienen planeado.
Si te encuentras ahorrando dinero y reduciendo tu nivel de gastos, limitando la compra en cosas que realmente no necesitas porque piensas en el futuro, estás haciendo lo correcto tanto para ti como para tu familia en caso de que estés a cargo de tu núcleo familiar.
Nunca será una mala decisión cuando piensen en ahorrar o guardar dinero para poder pagar deudas existentes o futuras, esas son jugadas totalmente inteligentes que jugarán perfectamente a tu favor.
Sigue los siguientes consejos que te ayudarán de una manera más óptima para que cuides de tus ahorros sin parecer un tacaño:
– Siempre ten un presupuesto estipulado para cada cosa
El truco está en que puedas ahorrar pero que al mismo tiempo no dejes de disfrutar los pequeños momentos que la vida te ofrece, así podrás darte un gusto con algo que te provoca. Para esto, trata de asignar mensualmente una cantidad para ese gustico que te hará sentir bien.
– No improvises
Siempre ten claro cuánto son tus ingresos y cuántos puedes realmente gastar, mantente dentro de esa línea y al final del mes te lo vas a agradecer. Si te sale algún gasto con el que no contabas, trata de eliminar algún otro que sí estaba programado.
– Controla los impulsos
Es normal que apenas cobres quieras salir y gastar en lo primero que veas, pero no lo hagas, trata de tomar un momento para ti, en el cual respires y puedas recordar las principales prioridades de tus gastos.
– Establécete metas
Esto funciona muchísimo, plantearte una meta económica hace que crezca en tu interior una sed de esfuerzo y constancia, lo cual te ayudará con tus ahorros. Por ejemplo, piensa que para dentro de tantos meses deseas tener ahorrado una equis cantidad de dinero, sea por ahorro o porque deseas destinar ese dinero en tus vacaciones o algo parecido.
– Trata de no tener efectivo
Aunque no lo creas, esta técnica no falla. No tener efectivo puede jugar con tu mente y es como que, si no tuvieses dinero, por ende, no gastas. Trata en lo posible de siempre tener el dinero en tus tarjetas.