Durante la última semana llamó la atención la solicitud de la Alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, para que el COE cantonal autorice las ceremonias presenciales de graduación en estricto cumplimiento de aforo permitido y distanciamiento social. Y el pedido no solo que reventó las redes sociales de comentarios, sino que ya hasta el momento el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Cantonal de Guayaquil ha recibido alrededor de 30 solicitudes de planteles educativos para organizar ceremonias de graduación de bachilleres.
“Estamos revisando los protocolos para las ceremonias de graduación en conjunto con los colegios, en base a las disposiciones del COE nacional y del Ministerio de Educación. Por tal motivo lo mejor es hacer un acompañamiento, revisando los protocolos de bioseguridad, definiendo los aforos, creando grupos para que sean pequeños y puedan realizar la ceremonia sin ningún peligro para los jóvenes”, indicó Allan Hacay, secretario de Riesgos del Municipio de Guayaquil y secretario del COE Cantonal, quien además explicó que las ceremonias deben realizarse en lugares externos a los planteles porque así lo dispuso el Ministerio de Educación.
Pero… ¿es buena idea en Pandemia?
El mundo lleva casi un año de pandemia, donde todas las actividades tuvieron que adaptarse a la nueva normalidad, porque mantener cuarentenas ha afectado mucho al aparato productivo, llevando a un falso dilema de elegir entre la salud y la economía, porque no se puede vivir sin las dos. La palabras claves son aprender de la crisis y adaptarse. Durante algunos meses la Alcaldesa señaló que no se permitiría clases presenciales, por distintos motivos: los centros educativos no estaban preparados y no había protocolos que garanticen que el contacto entre estudiantes iba a ser leve. Es una circunstancia similar a la prohibición de piscinas, donde muchos argumentan que solo eran encuentros familiares, pero en la práctica se volvieron reuniones barriales.
Entonces, por qué llevar a cabo ceremonias de graduación…
- Porque ya se han practicado en otros países y es posible hacerlo con riesgos menores. Es hora de implementar protocolos.
- Porque la sociedad en los últimos feriados ha demostrado un grado de inconsciencia preocupante, donde es necesario recordar a todos que HAY RIESGOS Y QUE LA PANDEMIA SIGUE ALLÍ. Tomar conciencia de este acto puntual y especial como la graduación, permite a muchos hogares volver a darle TRANSCENDENCIA A LA PREVENCIÓN.
- Porque en la práctica, ya la mayoría de personas han tenido contacto fuera de casas, lo que debe seguirse fomentando es la responsabilidad del uso de mascarilla y el cuidado hacia el prójimo. Involucrar a la juventud siempre es una buena idea. Ellos van a tomar la misión en serio. ¡No los subestimen!
- Porque hay que empezar a leer y compartir bien las noticias… no se está permitiendo las fiestas de grado, sino la ceremonia de graduación.
La pandemia no es un escenario ideal, donde aislarse resuelve todo. Desde la pequeña sociedad que es nuestro hogar es donde podemos hacer los cambios y mejorías. Las autoridades tienen la obligación de ofrecer alternativas y ser coherentes, y aun si ellos fallan, no es excusa para fallar como individuos a nuestras familias y entorno. El virus no se va a ir solo, ni por ignorarlo, aislarse, incluso ni por vacunarse.
Qué NO debe ocurrir
Es importante que a las autoridades encargadas NO les quede grande la misión, ni tampoco a los líderes de cada etapa logística o impulsores de la medida. La pandemia hizo sufrir a mucha gente, y la mejor muestra de respeto hacia esas pérdidas es buscar el cuidado mutuo como sociedad, dejando de priorizar cualquier finalidad política o intereses comerciales o actitudes egoístas.
Entre esto último, hay muchos comentarios respecto a que las fiestas masivas serán inevitables. Hacay consideró que esos eventos son conductas antisociales que propician la transmisión del COVID-19. “Estas conductas antisociales de los ciudadanos que han creado estas fiestas son justamente los escenarios donde estamos viendo la mayor cantidad de contagios”, advirtió.
Farra de graduación del Balandra en Guayaquil. Definitivamente la gente no aprendió nada 🤦🏻♂️ pic.twitter.com/fMyejGJad0
— Guayaco C. (@Guayaco__2020) February 21, 2021
Es decir, no se está propiciando que los compañeros se aglomeren para lanzar sus sombreros en un solo grupo, ni tampoco que luego todos se vayan a celebrar en algún salón. Es decir, todo lo que aparentemente sucedió con un colegio de la ciudad, es lo que NO tiene por qué ocurrir. ¡Están advertidos!
De suceder aquello, las autoridades tienen la facultad para intervenir y clausurar cualquier salón de eventos o solicitar que se suspendan fiestas en alguna casa. Y aunque eso puede parecer antipopular hacia algunos sectores, es similar a la medida donde se retiró piscinas durante carnaval, pues como se señaló antes no solo que muchas piscinas en la vereda que iniciaron como diversión de cada familia se transformó en reunión de todo el barrio, cada quien visitando distintas piscinas, sino que incluso se detectó que hubo reuniones barriales organizadas, donde se cobró por accesos, atrajeron vendedores informales y aglomeraciones.
Cerca de 300 mil metros cúbicos de agua potable se desperdiciaron durante el feriado de Carnaval en Guayaquil.
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Detalles: ⬇ https://t.co/R7O16ntDyc— TC Televisión (@tctelevision) February 19, 2021
De paso, se evidenció que como cada carnaval hubo un exceso de 300 mil metros cúbicos de agua potable durante Carnaval. Nunca se puede estar contra las formas en que las personas -especialmente sectores populares- se divierten y relajan de la vida diaria. Es un derecho bien ganado, pero sí es un año especial para tomar conciencia, tal como el 31 de diciembre disminuyeron la quema de años viejos.
Así se vivió el feriado de Carnaval en el sector del Cristo del Consuelo en #Guayaquil. ¡SIN DISTANCIAMIENTO Y SIN MASCARILLAS!😰😓 pic.twitter.com/bt49fOBXtN
— RTS (@RTSEcuador) February 17, 2021
Esperemos que las graduaciones presenciales produzcan ese efecto de conciencia masiva que se requiere en este momento de incertidumbre de la importación de vacunas, donde aparentemente los GADs tendrían ya apoyo ejecutivo para gestionar ese tema y luego de tantas recaídas como sociedad, estas ceremonias sean un ejemplo de respeto, orgullo y conciencia desde los bachilleres.