Todo el mundo ha vivido la magnitud del coronavirus y por eso ahora ven en Guayaquil un bastión de lucha contra el COVID-19, luego de haber enfrentado un verdadero cataclismo en marzo y abril, que ha dejado lecciones de vida para muchísimas personas.
Como menciona Milan Sime Martinic en su reportaje para The Rio Times, la pandemia afectó «a la humanidad y la vida en todas partes, sosteniendo a Guayaquil en su mano perversa como un juguete efímero. (Pero) al mando de su alcaldesa y líderes cívicos, la ciudad luchó contra el virus por la vida de sus ciudadanos y está ganando la pelea».
Sobre todo lo que pasó en Guayaquil durante el contagio masivo que hubo y la dantesca situación de miles de muertos, hay mucho aún por descubrir y contar, pero algo que también es real es que en mayo la gente dejó de morir en Guayaquil por Covid, más allá de lamentables casos aislados, mientras el drama en el mundo continuaba, y hoy las instalaciones de la ciudad sirven para atender los casos urgentes de otras provincias del país.
Hoy el 22 de marzo parece una fecha lejana, pero permanecerá imborrable: todo el sistema de salud colapsó, las camas de hospitales y clínicas privadas estaban repletas. Un día después, ya la ciudad tenía registrados 981 pacientes positivos y 18 muertos. No pasaron muchos día que la vorágine de las infecciones y miles de muertes procedentes de todas las direcciones. Los gritos de dolor, rabia y angustia estaban quebrantando el alma de la ciudad.
Era una ciudad bajo ataque y las miradas recaían en la alcaldesa Cynthia Viteri, quien de paso había sido contagiada también por el virus. Alguien tenía que hacer algo y ella no perdió el tiempo. Había mucho trabajo por hacer. Y aunque la gestión de salud no es una competencia de su cargo, sí lo es el bienestar de sus ciudadanos. Para el 10 de mayo, Guayaquil tuvo su primer día de cero muertes relacionadas con el Covid-19, tras 34 días de lucha. Según relata The Rio Times, «Viteri había enfrentado virus, corrupción, pobreza, vientos cruzados políticos y muerte. Ella no reclama la victoria, pero, según todas las medidas, contuvo el virus en el peor de los casos: había ganado la batalla».
Del horror al control
«Los cementerios no fueron suministrados para recibir tantos muertos. La gente eligió llevar a sus familiares fallecidos a las calles para evitar los olores y el contagio», relató el abogado José Chiriboga-Hungría a The Rio Times. Considera que la gente a pesar que ya se hablaba del virus a mediados de marzo, la gente subestimó al Covid, y se organizaron fiestas, marchas, partidos y congregaciones que derivaron en los miles de contagios.
Y la muerte por COVID-19 no fue piadosa, en los hospitales «la gente tenía que atravesar cuerpos envueltos sin siquiera saber quién estaba dentro», cuenta la alcaldesa Viteri.
“Guayaquil se sorprendió por el hecho de que de un momento a otro la población estaba infectada y las autoridades parecían impotentes. La gente sentía que no tenían un gobierno para salvarlos… Hubo indignación de que las redes sociales tuvieran que revelar el número de muertos. La gente sentía que nadie podía protegerlo y que los médicos carecían totalmente del equipo necesario «, explicó al mismo Rio Times el sociólogo guayaquileño César Aizaga-Castro.
«Esos fueron los peores días de mi vida», dijo Viteri, pues la totalidad de los sistemas de salud y saneamiento como autoridad para recolectar cuerpos es competencia del gobierno nacional, mientras que el Municipio está a cargo del agua, alcantarillado, basura, transporte, mercados y otras asignaciones. Había que asumir responsabilidades y decidió reconstruir los sistemas de salud, hospital, funeral, morgue y cementerio colapsados, acción que tuvo apoyo de la ciudad, enfocados en dos premisas: salvar vidas y garantizar el acceso a los alimentos para la población con una coordinación y disciplina estratégica.
Visto como una guerra a la pandemia, sus primeras acciones fueron reunir dinero y asistencia, en esto recurrió a los presupuestos anuales de los departamentos de la ciudad, incluidos los de obras públicas destinadas a conmemorar el 200vo. aniversario de independencia de la ciudad este 2020. Además situar tácticamente la atención a los muertos, control epidemiológico y atención a los vivos, generando que la ciudad se traslade a cada zona urbana y rural, para evitar que la gente salga y garantizarles de primera mano exámenes y traslados a los centros de atención intermedia que con el presupuesto logrado se pudo adecuar en rápido tiempo en el Centro de Convenciones y la antigua Maternidad.
Esa devastadora primera semana se pudo retirar 500 cuerpos de las calles. Tomando fortaleza de la desgracia, la ciudad contrató a cientos de médicos y personal médico, quienes fueron distribuidos en carpas médicas satelitales para estar cerca de la población en zonas de alta concentración del virus. Luego la conformación de brigadas para que los médicos vayan de puerta en puerta permitió detectar casos que de otra forma su traslado al hospital hubiese sido tardía. «Los conocimos (a los contagiados) en sus casas en lugar de en los hospitales», explica Viteri y eso fue determinante para brindarles atención oportuna y ofrecerles más posibilidades de sobrevivir. Las brigadas tomaron muestras en 1.600 hogares en 17 distritos de la ciudad para identificar dónde está el virus y en esos sitios más afectados redoblar esfuerzos.
Solucionar cada problema de forma simultánea
La gente no quería ir a hospitales públicos. Tenían miedo, entonces Implementar los centros de atención y acercar la ayuda médica a la población era un gran avance, pero el liderazgo implicaba decidir rápido y coordinadamente cada nueva dificultad que afectaba el plan de acción integral, por ejemplo en el tema del oxígeno se llegó a un punto en que garantizar el suministro suficiente iba a ser un nuevo problema, por ende se estableció una planta generadora de oxígeno para suministrar oxígeno canalizado a los hospitales y detener de paso la especulación de precios, pues se estaba vendiendo un tanque de oxígeno de 50 a 1.500 dólares en algunos lugares. La aparición de gente inescrupulosa y corrupta ha sido también una dificultad que se ha destapado durante esta pandemia, en este caso esto ayudó a que la gente no tuviese que endeudarse para conseguir oxígeno o peor aun que sus familiares muriesen por escasez de dinero.
Estar atentos a lo que ocurría en otras latitudes era importante, por ejemplo se notó que otros países compraron grandes cantidades de ventiladores, pero en Guayaquil la mitad de los pacientes intubados estaban muriendo, así que si bien era importante atender las urgencias, la clave era impedir a toda costa que las personas lleguen a ese estado de gravedad, de ahí que hubo un gran esfuerzo en compra de medicamentos para atender a personas en etapa temprana de la enfermedad.
Los medicamentos estuvieron debidamente almacenados en los centros de salud montados por la emergencia y entregados de forma gratuita, incluso la controvertida hidroxicloroquina, ahora considerada ineficaz contra COVID-19 por la Organización Mundial de la Salud en etapas críticas, pero aún utilizada en el tratamiento en etapas tempranas en lugares de todo el mundo bajo consejo médico. El Comité Especial de Emergencias liderado por el ex alcalde Jaime Nebot junto a principales líderes del sector privado del país montó y llevó a cabo un proceso de adquisición de medicamentos: ejecutivos farmacéuticos, compradores, importadores, especialistas en despacho de aduanas quienes movieron cielo y tierra para conseguir rápidamente todos los insumos en Ecuador y distintas partes del mundo. El trabajo del equipo no cobró gastos, aclaró Nebot.
Adoptar una cadena de suministro eficiente
En una región donde muchos de sus políticos no parecen entender que el estado y el sector privado grande y pequeño, deben trabajar de la mano porque en la práctica así lo hace la gente común en su vida diaria. Así, las condiciones de la pandemia permitieron valorar la logística de las cadenas de suministro de las empresas, en el caso especial de la logística de Cervecería Nacional, la cervecería más grande del país, liderando un grupo de otras compañías que permitió al Municipio garantizar la disponibilidad y detener la especulación de precios, comenzando por abastecer a casi 5.000 tiendas de barrio. Las donaciones de los agricultores proporcionaron unas 150,000 entregas de fruta a los barrios más necesitados.
Esto fue reforzado en la entrega de cientos de miles de kits de alimentos para que las personas salgan lo menos posible de sus hogares en su necesidad de abastecerse de comida. Ese plan de acción efectuado día a día evitó que cientos de personas lleguen a estado crítico y que millones de personas salgan a exponerse. Los convoy municipales entregaron un millón de paquetes de alimentos, vitaminas, suplementos, incluso pañales, mientras que al mismo tiempo desinfectan, fumigan los hogares, dejan kits de desinfección, cloro y unos 140,000 kits de alimentos, un suministro de 7 días, a 5.000 familias cada semana.
Qué tanto resultó lo dirá el tiempo, pero en junio se cumplieron 36 días con cero muertes relacionadas con covid y al 10 de julio fueron atendidos 117,268 pacientes que tuvieron la tranquilidad de tratarse en los centros intermedio, muchos de ellos sin acudir a un centro de salud (14.898 en brigadas puerta a puerta, 67.375 en unidades móviles y 11.032 mediante telemedicina).
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Permanente vigilancia y ánimo de reactivarse como comunidad
“En esos momentos la gente sufría. Ahora somos dueños de este dolor. Todavía estamos tratando de asimilar lo que ha sucedido. No diría que hay optimismo; hay conformidad … porque peleamos la pelea y ahora esta es nuestra suerte «, señaló a The Rio Times, el abogado Chiriboga-Hungría. Por su parte la alcaldesa Viteri no declara que la misión esté cumplida y se ha comprometido a que la vigilancia del Covid sea permanente hasta que bajen por completo sus niveles de peligrosidad, palabras que sustenta con medidas como disponibilidad de telemedicina, asesoramiento continuo, apertura de una app como Sosafe para que las personas pueden usar para informar emergencias o pedir ayuda a todos los departamentos de la ciudad, incluida la recolección de basura, además de la comunicación hacia un respeto del distanciamiento social, un monitoreo de casos y su debido protocolo que sigue activo activo, así como un plan de reactivación económica para toda la ciudad.
El reportaje concluye con lo que todos los guayaquileños saben muy bien, la ruta hacia los cero muertos por Covid que ahora Guayaquil no fue perfecta, pero sin duda hubo la voluntad y unión necesaria como ciudad para trabajar en soluciones diarias en una pandemia que sigue sin tener certezas sobre su cura.
Y qué pasará con el 200 aniversario de la ciudad, pregunta Milan Sime Martinic… ante lo cual la alcaldesa con una mirada muy humana, desde ya contempla que siempre estará marcado por la memoria de los más de 10,000 guayaquileños fallecidos y una ciudad que se negó a rendirse ante la tragedia. Un monumento para conmemorarlos y más obras que ayuden a preservar la salud de la ciudad en el futuro serán parte integral de este Bicentenario.
Fuente: The Rio Times
Fotos: The Río Times – FB Municipio Guayaquil