Este es un fenómeno social que se encarga de marginar a toda aquella persona que se encuentre en una situación vulnerable o de calle, es decir, la acción de mostrar rechazo a una persona pobre por el simple hecho de serlo.
Algunas personas tienden a pensar que se trata de un trastorno mental, pero no es así. Su término no es nuevo, éste apareció por primera vez en algunas publicaciones de la filósofa española Adela Cortina, lo cual servía para establecer una diferencia entre la xenofobia o el chovinismo, debido que estas fobias alimentan el rechazo a inmigrantes y refugiados.
Adela acuñó este concepto en la década de los 90 a partir de los términos grietos griego áporos (sin recursos) y fobos (temor, pánico) y lo ha utilizado en trabajos académicos y ciertos artículos, hasta imponerlo, pese a las reticencias de los editores a las palabras extrañas, como título de su último libro: Aporofobia, el rechazo al pobre.
Las fobias son trastornos de ansiedad muy característicos en personas que tienden a desarrollar un miedo irracional sea a otras personas, animales, objetos o algunas situaciones que no representan una amenaza real. Tratarla es difícil, hoy día se vive en un mundo donde la pobreza y las personas de escasos recursos abundan por doquier, por lo cual es muy fácil que este rechazo surja en cualquier rincón, y si a esto se le suma las pocas instituciones dispuestas a defender los derechos de estos seres marginados, hace un poco más complicada la batalla.
Sin embargo, una buena forma de tratar de combatir esta fobia, es haciendo entender que la pobreza del ser humano no va ligado a su esencia, y que su situación es dada solo por las circunstancias, la cual muchas veces se escapa de las manos de cada quien. Esta no es ni debería ser una situación permanente, es un modo de vida poco justo para aquellos quienes lo viven, y se debería superar.
La aporofobia tiende a expandirse porque también en muchas ocasiones, la persona al ser pobre ya se le vincula con delitos de cualquier índole, en lugar de quizá pensar que están en esa posición porque han sido marginados, excluidos o discriminados.
Esta fobia no debe ser confundida con la xenofobia, es importante que quede claro que la aporofobia se centra en los recursos económicos y no discrimina a los inmigrantes o a los miembros de otras razas, culturas o religiones cuando estas personas cuentan con suficientes recursos, un gran patrimonio, o relevancia social o mediática.