Desde que comenzó el nuevo brote en la población por el coronavirus, la principal y constante recomendación por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) siempre ha sido que el uso de las mascarillas debe ser para aquellas personas que se encuentren contagiadas o con síntomas de la enfermedad y para aquellos que cuiden de personas con sospechas de haber contraído el virus.
Aun así, son muchos los países que han adoptado medidas estrictas para la circulación de sus ciudadanos, como lo es el uso obligatorio de mascarillas para poder salir a las calles, mientras que otros países como Inglaterra, solo recomienda a sus ciudadanos cubrir su rostro en espacios cerrados, en los que el distanciamiento social no es tan posible.
Hacer uso o no de las mascarillas va un poco más allá de medidas gubernamentales o recomendaciones médicas, es un tema también de cultura o de diferentes opiniones de cualquier ciudadano.
La mascarilla sí podría protegerte, pero solo en ciertas situaciones, como, por ejemplo, cuando estás en un espacio cerrado y allí se encuentre alguna persona infectada del virus, y esta persona tendría que toser o estornudar cerca de tu rostro.
Por lo que expertos aseguran que las mascarillas no ofrecen una protección tan confiable como lo brindan otros métodos, esto debido a que la investigación vigente arroja que el virus se contagia por la emisión de gotitas y por contacto con superficies contaminadas. Es por ello que los organismos sanitarios aseveran que el lavado continuo de manos con agua y jabón es mucho más efectivo para evitar la transmisión.
En algunas partes de Asia, la ciudadanía hace uso de la mascarilla de forma cotidiana, lo ven como un método seguro y el más apropiado; mientras que lugares como China Continental, Hong Kong, Japón, Corea del Sur y Tailandia, las personas asumen que cualquiera podría ser portador del virus, incluso los que parezcan más sanos.
No obstante, en otras partes de China, una persona podría ser arrestada o sancionada por no hacer uso de la mascarilla. En Singapur es obligatorio su uso en espacios públicos, de no hacerlo, la persona podría recibir una multa de hasta 300$.
Para muchos de esos países, el uso de mascarillas era una forma cultural, de hecho antes del brote de covid-19. Incluso se han convertido en formas de expresar los gustos de moda, al punto que las mascarillas con la imagen de Hello Kitty estaban causando furor en los mercados callejeros de Hong Kong.
En algunas partes de Asia, la contaminación estacionaria del aire o la causada por el pesado tránsito de vehículos en grandes ciudades, también ha hecho normal el uso de mascarillas al aire libre.
El epidemiólogo de la Universidad de Hong Kong, Benjamin Cowling, declara: “Si las mascarillas son usadas por muchas personas en áreas atestadas, creo que tendrían algún efecto sobre la transmisión pública, y, en este momento estamos tomando en cuenta cada pequeña medida que podamos aplicar para reducir el contagio. Todo suma”.
Los expertos aún no se ponen de acuerdo, pero si algo hay de cierto en esto, es que diversos estudios aprueban y cuestionan la eficacia de las mascarillas para detener la transmisión del coronavirus, por lo que es que importante tomar las medidas que estén en nuestras manos para prevenir los contagios lo más que se pueda.